Desde nuestra infancia nos han inculcado la idea de que no ser hábil en matemáticas equivale a la incapacidad. ¡Pero alto ahí! En ocasiones, nosotros, los profesores de matemáticas, también hemos sido cómplices de este pensamiento limitante.
Pero, ¿qué significa realmente ser "bueno en matemáticas"? Basándonos en el enfoque tradicional de enseñanza, parece que se trata simplemente de ejecutar algoritmos y resolver ejercicios mecánicos hasta la saciedad. Y tal vez sea precisamente este enfoque el que nos ha impedido descubrir la auténtica esencia de las matemáticas, su relevancia y su profundo alcance en nuestras vidas.
En esencia, las matemáticas son una herramienta maestra para resolver problemas, y no únicamente de matemáticas, ¡sino de toda índole! Las matemáticas te dotan de la capacidad de elegir estrategias asertivas para abordar desafíos de manera óptima. Y si sientes que posees estas habilidades y aptitudes, ¡entonces eres un auténtico maestro o maestra de las matemáticas!
Por suerte, cada vez más educadores han captado la importancia de abandonar la enseñanza de las matemáticas carente de sentido y desconectada de la realidad. En nuestras aulas, propongámonos a resolver problemas, exploremos diferentes estrategias y apliquemos los conceptos matemáticos en contextos reales. Solo así, quizás los estudiantes comprenderán sin lugar a dudas que las matemáticas no son una opcion, sino una necesidad. Son la llave que desbloquea su potencial para sobresalir en aquello que aman y les apasiona.
Con aprecio,
